Sin luz, sin pagos y sin colaciones, funciona hoy la Democracia Cristiana (DC) y sus Juventudes (JDC). O por lo menos parte de ellas. Esta, es una crisis económica que agota a sus militantes. “La crisis viene de arrastre y hasta hoy, nadie se ha hecho responsable públicamente de ella. Durante los dos períodos de Soledad Alvear, se gastó mucho más dinero del que fueron capaces de generar. Los gastos para las actividades y funcionamiento de la sede de la DC, fueron solicitados –como se dice en buen chileno- al lápiz, es decir, pidiendo fiado”, afirma el presidente de la JDC, Héctor Gárate.
Por Claudia Molina B
Que los partidos políticos están en crisis, no es novedad. Que la mayoría están afectados económicamente, tampoco lo es, sin embargo, la Democracia Cristiana ha llegado a niveles insospechados de desmejoramiento económico y, de esto, no es responsable la crisis mundial a la que asistimos.
La crisis económica de la DC se arrastra desde hace años. Al menos antes del período de Adolfo Zaldívar ya se mostraban luces que daban cuenta de la debacle económica. Zaldívar recibió la mesa directiva con una deuda que nadie ha querido aclarar, pero que se sabe excedía los $500 millones. Para hacer frente a esta situación, “el Colorín” comenzó a desarrollar un proceso de ajuste económico, partiendo por vender los estacionamientos que se encontraban en el subterráneo de la histórica y emblemática sede Eduardo Frei Montalvo en Alameda 146, en pleno centro de Santiago.
Pero la venta de parte de la estructura del edificio de la falange, no alcanzó para respirar tranquilos, por lo que decidieron tomar nuevas medidas económicas, y más drásticas. Un militante activo aseguró a Revista Pólvora que “esto se notó también con el trato hacia los llamados invitados fraternos, los cuales debían cancelar una cuota para sustentar los diversos gastos en que se incurrían para la realización de las juntas. En un momento, cobraban hasta $30 mil, pero flexibilizaron el pago, por lo que en ocasiones, sólo pagaban $5.000. Cuando vieron que ya no alcanzaba, entonces volvieron a una cuota determinada, superior a los $5.000”.
Sin embargo, una de las medidas más duras, durante esta administración, la sintieron los funcionarios de la tienda. Según consta tras el registro de diversos testimonios, la administración retiró los vales de colación unilateralmente, beneficio que antes tenían asegurado quienes ahí trabajan. Hasta ahí, la crisis ya se estaba manifestando demasiado fuerte dentro de la DC, pero todavía de una forma interna. Sin mucho ruido.
UN NEGOCIO CON POCOS FRUTOS
No fue suficiente el dinero recaudado con las medidas antes señaladas, por lo que, Zaldívar, continuó con su política de ajuste, esta vez vendiendo una parte de la casona que los alberga a una universidad privada, que actualmente se encuentra al costado de la tienda falangista. Sin embargo, donde mayor notoriedad tuvo esta crisis, fue en los dos períodos de la renunciada presidenta, Soledad Alvear.
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