Espacio para comentar la actualidad, además de difundir mis reportajes, que han sido publicados en prestigiosos medio escritos.
sábado, 26 de febrero de 2011
VILLA GRIMALDI O CUARTEL TERRANOVA. UN TOUR POR NUESTRA TORTURA.
Un viaje al terror. La Torre. Casas Corvi. La Perrera y el Ombú.
Claudia Molina B.
El portón de madera está pintado de rojo y tiene viejas manillas. Entre las rejas se observa un cuidado parque con árboles añosos y el pasto cubierto de hojas. Sería un buen lugar para pasar una tarde de meditación si no se supiera que entre 1974 y 1976 allí funcionó el más sangriento centro de torturas de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA): Villa Grimaldi.
La DINA bautizó la villa como Cuartel Terranova. Allí funcionó la Brigada Caupolicán, comandada por los oficinales de Ejército Marcelo Moren Brito y Miguel Krassnoff Marchenko; y la Brigada Purén, dirigida por el Mayor de Ejército Raúl Iturriaga Neumann . Ambos escuadrones se encargaron de recibir y atormentar a centenares de chilenos detenidos tras el golpe militar. Se calcula que cerca de cinco mil personas pasaron por el centro de tormento.
Desde 1997 se llama Parque por la Paz y está abierto al público para que éste recorra y recuerde. Y para que los jóvenes sepan que Chile tuvo algo peor que Abu Ghoreib, la prisión iraquí donde los americanosse sacaron fotos sadomaso.
LA BIENVENIDA
Por el mismo pesado portón de madera ingresaban los camiones militares colmados de prisioneros políticos. La bienvenida no se dejaba esperar. Los detenidos eran bajados a punta de culatazos y golpes de píes y puños amenazándoles de muerte constantemente. Eran tirados al suelo y debían permanecer de cúbitodorsal durante largas horas con los ojos vendados o encapuchados, igual que las imágenes que han dado vuelta el mundo con los prisioneros iraquíes amontonados en el suelo. Estaban así hasta que les fuera asignada una celda, donde debían esperar hasta que fueran llevados a interrogatorios.
En el centro del parque de Villa Grimaldi está la maqueta del recinto cuando estaba en manos de los militares. A escala, se puden ver los escenarios donde se cometieron las más aberrantes torturas.
Hace diez años, en mis primeras clases de periodismo, Gladys Díaz algo contó de su paso por Villa Grimaldi. Supimos con espanto que estuvo dos meses encerrada en la "perrera" y que fue torturada de la manera más brutal. Supimos de Lenin Díaz Silva, desapareció desde el Cuartel Terranova y que luego apareció en la lista de detenidos arrojados al mar . Hasta hoy su familia lo busca, así como tantas otras personas que engrosan la lista de detenidos desaparecidos.
Testimonios entregados en 1976 a la Comisión Internacional de Derechos Humanos aseguran que los gritos y llantos de los torturados se escuchaban por todo el parque. Hoy, dicen que en el parque penan.
LA TORRE
En línea recta, a mano izquierda y a unos doscientos metros de la sala donde se encuentra hoy la administración del parque, está casi intacta una piscina que hoy solo contiene un charco de agua lluvia estancada y las hojas que han caído de los árboles. En la época negra de la dictadura, sirvió para ocultar a los prisioneros cuando llegaba algún organismo internacional de Derechos Humanos a constatar la situación de los detenidos. Los presos eran amontonados dentro de la piscina, cubiertos por una lona y amenazados de muerte si gritaban.
Por el mismo camino, unos metros más hacia el sur está la bodega, una sala de cemento de cuatro metros de largo por dos de ancho aproximadamente que tiene tres ventanas que apenas dejan entrar la luz. La sala está pintada de blanco y en las paredes cuelgan cuadros alusivos a la casona y algunos dibujos que muestran los tipos de tortura que ahí se practicaban. La sala fue habilitada por la DINA con un catre de metal conocido como "la parrilla", donde los prisioneros eran acostados desnudos,amarradosy sometidos a golpes de corriente en los genitales, tobillos, manos, lengua y sienes.
En la bodega de Villa Grimaldicuelga de un muro una lista con los nombres de los funcionarios de la DINAque ahí cumplían la función de torturadores. No hay huellas de lo que ahí sucedía. Los testimonios desobrevivienteshan podido colocar caras y responsabilidades a los verdugos.
Por el mismo sendero, unos metros más al norte de la bodega, se levanta una estructura de madera que mide al menos cinco metros. Aunque es una reconstrucción, no deja de aterrorizar: es "La Torre". Antes del golpe militar, las familias que vivían en la mansión la usaban para extraer aguas de napas subterráneas que servían para regar el prado. La DINAle dio otro uso: fue su base para atormentarprisioneros.
Los detenidoseran llevados a La Torre con los ojos vendados o encapuchados. Allí, se les aplicaban distintos tipos de tormento: electricidad, golpes. A algunos los colgaban de las extremidades paraazotarlos; a otros les aplicaban el submarino mojado: la cabeza dentro de un balde de aguas servidas opetróleo. O bien, el teléfono.
Algunos de los detenidoslograron sobrevivir, otros, sencillamente, encontraron la muerte en las "sesiones de ablandamiento" de la DINA.
En La Torrehay olor a humedad y encierro. Por las rendijas de la madera, se cuela el frío; por las ventanas sin vidrio de la parte superior entran las palomas. Los cuadros con los dibujos de Miguel Lawnercuelgan de la pared, frente a la escalera que lleva al segundo y tercer nivel. Tras el Golpe de Estado, Lawner estuvo en los campos de prisioneros de la Isla Dawson y Ritoque. Reconstruyó su encierro y sus tormentos. A quienes sobrevivieron a Grimaldi, les ayudó a recrear la torturaspara llevarlas a la justicia.
ESCALERA AL DOLOR
En el segundo y tercer nivel de La Torre la crueldad se siente en el aire. Unos claveles rojos y marchitos en los bordes de las ventanas son el único adorno. Los dejaron los visitantes: familiares de desaparecidos o algún sobreviviente. En la pared hay tres puertas de ochenta centímetros de alto por un metro de largo. Se abren deslizándose hacia arriba. Les llamaban "cajones de aislamiento" y allí metían a los presos. Estaban por días y hasta meses, doblados, en cuclillas. A veces estaban en grúpos de tres o cuatro detenidos. Cuando estaban apiñados, sólo uno podía estar sentado. Se turnaban para descansar.
Hoy los cajones están oscuros. Las fecas de las palomas hacen que el olor a encierro se confunda con los recuerdos.
Otra escalera lleva a la cima de La Torre. Desde ahí se puede ver completamente el parque. El control del recinto estaba ahí, todos vigilados. El ojo que veía todo el infierno.
UN ÁRBOL QUEMADO
Desde la cima de La Torre se puede ver un árbol gigantesco, un ombú. Está en la entrada de Villa Grimaldi. Las raíces salen de la tierra, parece partido en dos. Los Agentes de la DINA, antes de demoler el campo de concentración, intentaron quemarlo. El árbol sobrevivió: no en vano es el árbol de la pampa, diseñado para aguantar vientos huracanados y rayos.
En guaraní, ombúsignifica sombra o bulto oscuro. Oscuridades pasaron por él: de sus ramas los agentes colgaban a los prisioneros de las extremidades. Los dejaban ahí por horas.
A pocos metros del árbol está la réplica de las denominadas "Casas Corvi", unas casetas que no superaban uno por dos metros cuadrados. En ellas estaban los prisioneros en terapiade ablandamiento, en grupo de tres o cuatro, y con sólo un pequeño orificio del tamaño de una moneda de cien pesos por donde entraba algo de oxígeno. Por el mismo ojo, eran vigilados.
En Villa Grimaldi no habían fotografías. No quedaron testimonios gráficos de lo que allí pasó. Quedó nada más que el recuerdo. Las ruinas de la memoria.
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